domingo, 25 de diciembre de 2011
sin cimientos fuertes la estructura es frágil
lunes, 12 de diciembre de 2011
viajes fugaces a estrellas diminutas
- Sal a volar, te comerás el mundo.
viernes, 2 de diciembre de 2011
recuerda: se necesita muy poquito aire para respirar
miércoles, 23 de noviembre de 2011
con el desierto de la Nada cosido a los pies
lunes, 7 de noviembre de 2011
ráfagas de viento polar
domingo, 6 de noviembre de 2011
estrellas fugaces arañando la noche
viernes, 28 de octubre de 2011
espejos rotos
Qué alivio la lluvia. Los truenos, el viento, las nubes, el frío. Qué alivio sentir que el cielo respira y que él también llora. No dejo de preguntarme cómo deben de sentirse las tormentas debajo del mar (agua con sed de más agua, peces saciados de tanta sal). Firmaría una tregua con los relojes para que detuviesen su murmullo durante unos días. A cambio, prometería sobrellevar las ansias de hacer maletas y largarme de este lugar. ¿Serán los pasos del miedo este continuo retumbo que me persigue al caminar? Mis ideas reclaman la paz a gritos. Están hartas de influjos ajenos y tristezas impuestas. Quieren salir corriendo y desaparecer, subir a la nave espacial del sueño y dejarse contagiar de ilusiones sin complejos, de serpientes sin veneno y miradas de cristal. Levantarse de la mesa y decir que no, que no van a desempeñar más papeles hueros en el escenario descolorido de esta fantochada. Que llueva y truene y hiele, que sople el viento y se lleve los espejos rotos. Yo me quedaré quieta, mirando al cielo, lluvia en los ojos y hasta en los huesos. Seré un pececito debajo del agua, como esos naranjas del patio de la facultad que esta tarde se comían la tormenta a besos.
lunes, 24 de octubre de 2011
tiembla como un niño frente al mar
Y qué si sólo me salen palabras bonitas, si se me atropellan los latidos en la boca para arroparse en los tenues huecos de tu voz. Dejaré de resistirme a la vorágine del vértigo. Total, el jodido verbo enamorar no cambiará de significado por más que lo intente. Pero no importa, ya sé que faltan palabras en el diccionario para definir el preciso instante en que la lluvia traspasa el suelo, el punto exacto en que el glaciar se funde con la ingravidez del mar.
martes, 18 de octubre de 2011
la cuadratura del círculo
domingo, 16 de octubre de 2011
pídele a la luna que relama las heridas
jueves, 6 de octubre de 2011
caminante, son tus huellas el camino y nada más
miércoles, 28 de septiembre de 2011
engrunes, pluja, tardor
viernes, 9 de septiembre de 2011
la tendresa de les paraules
Recuerdo que el sol quemaba, estaba sola y tenía unas ganas infinitas de lluvia. Se me escapaba el humo del cigarro entre los labios mientras me venía a la cabeza aquella frase que había encontrado removiendo papeles viejos: He perdut el fil d'una pila de vides que em servien d'abraçada, i ara hi ha tardes que sento que em falten capes sobre la pell. Me quedé absorta mirando la ceniza y la taza de café. Pensé que si hubiese bajado del metro un par de paradas antes, me habría sentado a desayunar en la terraza de aquel bar chiquitín, al lado de su trabajo. Podríamos habernos cruzado por la calle; con suerte, hasta podríamos haber coincidido en el bar. La habría abrazado con la mirada y le habría dicho a silencios que m'enamora el seu tarannà (perquè hi ha ulls, i mirades, i somriures i veus i cadències i paraules -la tendresa de les paraules-, que enamoren). Pero estoy aquí, me dije, porque hace tiempo que dejé de jugar a perseguir casualidades. Seguí mirando absorta el hilo de humo del cigarro al consumirse, me quedaba medio dedo de café en la taza y tres o cuatro notícias en el periódico. Creo que fue por aquellos tiempos cuando me enganché a la nostalgia, a la maldita nicotina del echar de menos...