sábado, 13 de febrero de 2016

Someday we'll find a place in the sky


Someday we'll find a place in the sky

Me han hecho soplar las velas antes de la hora y me han pillado sin deseo. Así, rápido y sin pensar, y entre tanto echar de menos, sólo se me ha ocurrido algo tan simple y genérico como pedir que este que empieza sea mejor que el que acaba. No creo que sea muy difícil, después de todo, ya va tocando una tregua, ni que sea por estadística o probabilidad. Poco antes de las doce, como hecho adrede, se ha ido la luz en todo el paseo marítimo y se han abierto las nubes para dejar ver las estrellas. Me he quedado absorta mirando la nada, esta nada que en realidad supongo que debe de ser la vida (¿el todo?). Es el primer año que me toca soplar las velas sola, pero con el ruido del mar revuelto y la osa mayor sobre la cabeza es imposible que no me acuerde de ti. Sé que estás ahí, cuidándome desde algún planeta. Y eso, aunque duelan las ausencias, es como llevar una estrella dentro. Y calma la herida. Y calma el vacío. Y hasta alienta el camino.