viernes, 4 de diciembre de 2015

vivir

Elegir el mar para ahogar los ojos y apaciguar la ansiedad de querer algún vértigo que no deje sentir el escocer de la herida. El mar, para que su fuerza eche abajo el muro del miedo a romperme. Dejar que me acune, que me trague su vaivén. Y allí al fondo gritar todo lo que duele. Llorar, pero llorar bonito. Porque la mujer faro que nos enseñó a querer siempre la vida no se merece una sola mancha de pena. Llorar bonito y salir a flote. Vivir -el mejor homenaje, la mejor despedida-. 

4 comentarios: