miércoles, 8 de julio de 2015

la salida del pozo

Vuelan los mosquitos alrededor de la lámpara. También alrededor de mis brazos, que ya se han cansado de hacer aspavientos para ahuyentarlos. Por efecto de la tila o quizás únicamente por resignación. Son las tantas y están todas las ventanas abiertas pero no corre un solo hilo de aire, sólo mosquitos buscando sangre -te aseguro que si pudiese meter en un cubo toda la que me enturbia el sueño, morirían ahitados-. Se ve la luna entre los pinos, está tan redonda y tan grande que por un momento me ha parecido un agujero de luz, el final del túnel, la salida del pozo. La he estado mirando mucho rato sin parpadear y hasta parecía que se acercaba, o me acercaba yo a ella, no sé, pero de repente estaba tan al alcance que he deseado saltar adentro para que desapareciese toda esta oscuridad mortecina que entumece el porvenir más inmediato.    

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