«Apreté la tecla donde estaba escrita la palabra “amargo”
–yo siempre tomo el café con azúcar, pero a ratos una palabra nos salva con su
rotundidad, en su R rugiente
delegamos la rabia, a través de su O
conjuramos las bocas de aquellos pozos en donde pudimos haber caído.»
Belén Gopegui, La
escala de los mapas
Durante mucho tiempo coincidí con
una mujer en el autobús que se pensaba que yo tenía una extraña intuición
porque sabía el momento exacto en que el L94 iba a girar la esquina. El día que
le confesé que en realidad no era intuición, sino que veía venir el bus en el reflejo
del escaparate de la tienda de enfrente, me dijo que se le había roto un poco
la magia y que, desde entonces, ya no me vería como alguien especial sino
simplemente como una persona observadora. Un mago no puede desvelar sus trucos,
susurró para despedirse. Y en efecto, tenía razón: revelar los secretos es
aniquilar el misterio, deshilachar los alambres invisibles de la fascinación.
Sueña –quería escribir “suena” pero me ha salido sin querer “sueña” y he
pensado que no está tan mal soñar está canción que se cuela hacia adentro por
todas las rendijas del cuerpo excepto por los oídos– la misma música de siempre
y sigo siendo torpe para bailar, aunque la desidia de estos días sea resbaladiza y mis pies no sepan
qué baldosas pisar para ir avanzando. He puesto la brújula sobre la mano abierta y no me ha
señalado ningún refugio. Han vuelto las horas de mar y los cigarros de más, una
calada detrás de otra mientras la vida trata de hacerme entender que va llegando la hora de que me exponga a la intemperie. Que salga a vivir al raso y deje de hacer el imbécil buscando guaridas en las tildes de las eñes de este verbo tan parecido a sonar. Mirar, morar. Como ve, una simple vocal puede trastocar la vida de un hombre. Doy vueltas al contorno de la O como un funambulista. Qué fácil es aguantar el equilibrio con Coldplay de fondo encendiendo cometas –que no hay que llegar a tocar, para que se mantenga intacto el misterio–.
tú nunca serás simplemente una persona observadora
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